Si te apasiona descubrir paisajes y monumentos tanto como sabores, si te gusta recorrer y probar la cocina regional francesa, te recomiendo algunos platos típicos de Francia que no puedes perderte.
Crêpes y galettes
Como ya hemos comentado en Diario del Viajero, estos platos son tradicionales en todo Francia, pero especialmente en Bretaña. Una excelente opción que podemos acompañar con una cotriade (sopa de pescado) para finalizar con el pastel llamado "far" que lleva uvas pasas y ciruelas.
Tarta Tatín
las hermanas Caroline y Stéphaine Tatin crearon (dicen que por error) una de las tartas dulces francesas mas internacionales. Esta tarta de manzanas caramelizadas en mantequilla y azúcar tiene la peculiaridad de ser una "tarta al revés", es decir, para su elaboración las manzanas se ponen debajo y la masa encima.Cassoulet
Viajamos hacia la región de Midi-Pyrenèes para probar una de las recetas más tradicionales de Francia. Hablamos de un guiso cuyo ingrediente básico son las alubias blancas, que se cuecen con trozos de carne y embutidos que pueden variar según la receta particular que probemos: de cerdo, salchichas de Toulouse, tocino o pato confitado y hasta morcilla en algunas versiones.
Coq au vin
El pollo al vino es uno de esos platos de larguísima tradición en Francia y que podemos encontrar en cualquier rincón del país. Como en muchos otros casos, varias regiones se disputan su autoría, pero está generalmente aceptado que su origen se encuentra en la cocina de Auvernia, caracterizada por sus platos caseros y su charcutería.
Tielles à la sétoise
Es un plato sencillo y popular que puedes en panaderías, pescaderías y bares en cualquier rincón de la costa francesa sobre le Mediterráneo. Básicamente se trata de una pequeña quiché de unos 10 a 15 cm de diámetro, cerrada y realizada en masa de pan por lo que es tierna y esponjosa al morder. Su relleno tradicional es de pulpo, calamares y salsa de tomate especializada.
Boeuf bourguignon
El típico estofado de buey en su versión francesa, que incluye un rol protagónico a su vino rojo de Borgoña. El principal ingrediente es, sin embargo, la paciencia ya que se trata de una cocción muy lenta de la carne junto al ajo, cebollas, zanahorias, sal y un bouquet garni. El líquido concentrado resultante de la cocción se suele espesar ligeramente con un roux para darle la consistencia de una salsa. Se sirve con una guarnición de panceta, setas o champiñones, y cebollinos. También suele presentarse junto a una porción de pasta o arroz cocidos.
Bugnes y beignetes
Aquí tenemos dos platos mas que simples, pero que están presentes especialmente durante Carnaval. Los bugnes son pequeñas tiras de masa de forma romboidal y enlazadas, que se fríen y luego se espolvorean con azúcar. Una variedad francesa de los conocidos pestiños, que son típicos de la ciudad de Lyon. Las beignetes son bolitas fritas muy parecidas a los buñuelos, hechas con una simple masa de harina, huevos, levadura, ralladura de limón, aceite y mantequilla (y un poquito de cerveza).
Brioche Kouglof
La esponjosa textura de las brioches es uno de los sabores más típicamente franceses que podemos encontrar. En este caso la brioche kouglof es fácilmente reconocible, con su gran volumen, sus estrías y el azúcar glasé por encima. Esa masa de panificación, con una base de mantequilla y un toque de sal combina perfectamente con muchas comidas. En esta versión, la gran brioche Kouglof agrega uvas pasas y un poquito de ron. Es un plato tradicional de Alsacia y muy popular en Europa central, especialmente en Austria.
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